sábado, 14 de septiembre de 2002

La Reflexión de la Semana

Mis queridos traficantes de bondades:

En el camino hacia el trabajo vi un cartel que promocionaba a un grupo de música de dudosa reputación. Y aquí es oportuna una aclaración.

Yo no juzgo; o mejor dicho, juzgo, sí (a quien no lo haga lo mismo le da Beethoven que Ricky Maravilla), pero me guardo mis juicios y no hago apología de ellos. Entonces que cada uno escuche la música que quiera, mientras a mí me dejen en paz.

Todo tiene un límite, sin embargo. No pretendo conocer dónde está ese límite, esa tranquera que separa el buen gusto de las chorradas. Pero un grupo - y más que grupo debería decir "coalición" - que se llame "Borracha Cabrona" (tal el nombre al que antes me refería) está por detrás de la tranquera, dondequiera que esté.

¿Qué me habrá pasado a mí mismo, que al ver atrocidades similares reacciono con una carcajada, y no frunciendo el ceño? ¿Será que perdí el sentido del olfato, y ya no siento el olor a podrido en las costumbres? ¿Será que ya me salieron callos en la sensibilidad?

Hoy no habrá otra reflexión más que esta. No tengo ánimos para otra cosa.

¿Y quién puede tener ánimos de hacer nada, luego de considerar una horda de individuos retorciéndose ante las vibraciones producidas por los oprobiosos instrumentos de un grupo de forajidos llamado "Borracha Cabrona"?

Para terminar, vuelvo a desearles, como tantas veces en las pasadas semanas, que este fin de semana se les tiña de agradables momentos. Recuerden que ustedes eligen cómo vivir sus vidas (Jerry lo sabía, y tan mal no le debe haber ido).



Tincho (asqueado; lo digo en serio; realmente asqueado).

sábado, 7 de septiembre de 2002

La Reflexión de la Semana

Mis adornados arbolitos de navidad:

En estas charlas unidireccionales de principio y fin de semana hemos tratados variados temas. Hemos hablado de las virtudes de los días soleados. Hemos ponderado la fantástica sensación de tomarse un mate en paz. Hemos puesto en la balanza las iniquidades y la bondad en el mundo, la hipocresía y la honestidad, para decidirnos finalmente por los caminos de la luz. Nos hemos preguntado cuál es nuestro lugar en este universo inhóspito y mágico. Hemos cerrado los ojos y disfrutado de la lluvia fresca en el rostro. Hemos abierto los brazos e invitado a todas las cosas a ser parte de nuestra amable consideración diaria. Pero más que nada hemos hablado largo y tendido sobre la amistad... esa vieja compañera que a veces está aunque no esté, que siempre sonríe, que siempre tiende una mano.

¿A qué nueva reflexión puedo invitarlos este fin de semana? ¿Qué nueva inquietud puedo presentarles? No es que falten ideas. Es que en cierto momento, tal vez sea oportuno vaciarnos de preguntas y dejar que alguna respuesta atrapada en medio de tanta duda se habra camino y nos ilumine por sí sola.

Los invito, entonces, a sacarse los zapatos, recostarse en sus camas o acomodarse en el sillón preferido, poner una buena música (algo de jazz, quizá música clásica) y esperar esa respuesta que apuesto vendrá con pies cansinos y tímidos, sin esperanza de ser escuchada o tenida en cuenta. Los invito a tomar esa respuesta, sopesarla... y admirarla.

Admirarla, sí; porque esa respuesta a una pregunta no modulada (que podrá ser una frase, una larga oratoria, o una única palabra esclarecedora) será un guiño del alma; el alma desnuda e imperecedera que se presenta ante nosotros por fin.

Que pasen un excelente fin de semana.



Tincho (llorando rocío)



PD: Be true.

La Reflexión de la Semana

Mis adornados arbolitos de navidad:

En estas charlas unidireccionales de principio y fin de semana hemos tratados variados temas. Hemos hablado de las virtudes de los días soleados. Hemos ponderado la fantástica sensación de tomarse un mate en paz. Hemos puesto en la balanza las iniquidades y la bondad en el mundo, la hipocresía y la honestidad, para decidirnos finalmente por los caminos de la luz. Nos hemos preguntado cuál es nuestro lugar en este universo inhóspito y mágico. Hemos cerrado los ojos y disfrutado de la lluvia fresca en el rostro. Hemos abierto los brazos e invitado a todas las cosas a ser parte de nuestra amable consideración diaria. Pero más que nada hemos hablado largo y tendido sobre la amistad... esa vieja compañera que a veces está aunque no esté, que siempre sonríe, que siempre tiende una mano.

¿A qué nueva reflexión puedo invitarlos este fin de semana? ¿Qué nueva inquietud puedo presentarles? No es que falten ideas. Es que en cierto momento, tal vez sea oportuno vaciarnos de preguntas y dejar que alguna respuesta atrapada en medio de tanta duda se habra camino y nos ilumine por sí sola.

Los invito, entonces, a sacarse los zapatos, recostarse en sus camas o acomodarse en el sillón preferido, poner una buena música (algo de jazz, quizá música clásica) y esperar esa respuesta que apuesto vendrá con pies cansinos y tímidos, sin esperanza de ser escuchada o tenida en cuenta. Los invito a tomar esa respuesta, sopesarla... y admirarla.

Admirarla, sí; porque esa respuesta a una pregunta no modulada (que podrá ser una frase, una larga oratoria, o una única palabra esclarecedora) será un guiño del alma; el alma desnuda e imperecedera que se presenta ante nosotros por fin.

Que pasen un excelente fin de semana.



Tincho (llorando rocío)



PD: Be true.

sábado, 17 de agosto de 2002

La Reflexión de la Semana

Botijas y chinitas:

Será porque la vida vale la pena ser vivida, será porque durante la noche alguna ninfa milagrosa me regaló cierta bondad, será simplemente porque es viernes y los viernes tienen algo de increíble... Sea por lo que sea, nos deslizamos con candor y armonía hacia el fin de semana. Y el mundo nos mira,sorprendido ante tanta novedad.

¿Qué será de nosotros durante estos tres días que siguen? Lo maravilloso sigue siendo el albedrío irrestricto, el aire siempre dispuesto a sacudirnos la cabellera, el mar fogoso y la montaña soberbia. Lo maravilloso sigue siendo la familia, los amigos, los mates en la plaza.

Será por tantas cosas lindas o será porque la naturaleza es así y punto, pero cuando nos toca un día de sol como éste... ¿cómo decirlo? ¿No se sienten más felices? ¿No pareciera ser todo un poquito menos insoportable?

"No te engañes", me dirán. "La desgracia es desgracia, la veas o no", me dirán. Y tendrán razón. Pero de todas formas ¡vamos, muchachos! Hagamos a un lado esa desgracia por un instante, y dediquémonos a imaginarnos donde queremos estar.

Dichas estas palabras, me fumo un cigarrillo, me despatarro en la silla, le sonrío a la ventana, y me los imagino a todos ustedes pensando "Este muchacho está un poquitín atrofiado".

Disfruten el fin de semana. Es la última esperanza.



Un abrazo, un apretón de manos, un beso o una caricia, según corresponda.



Tincho (enfermo de ansiedad, mansedumbre, neurosis y corazón partío)



PD: Stay true. Talk straight. Keep the faith.

lunes, 12 de agosto de 2002

La Reflexión de la Semana

Mis afamados profetas de lo imposible:

Nos encontamos de pronto, como cada santo viernes, ante un abismo. No es este, sin embargo, un abismo negro y terrible, sino que se asemeja a la pequeña puerta que se atrevió a cruzar la intrépida Alicia: es un pasaje a un mundo diferente. Quizá no sea mejor; quizá no sea peor; pero sí diferente.

Nada diremos, compañeros, sobre la triste celebración del Día de la Raza marcada en el calendario para el día de mañana. Sólo introduciré la idea de que no es nuestra la raza por la que festejamos.

Ahora... algo que realmente merece nuestra atención, mis amigos, es la novedad de que el próximo lunes no tendremos responsabilidades ante las que rebajarnos. Dormiremos, en cambio, hasta que las sábanas nos vomiten.

¿Cómo se explica esto? ¿Cómo comprender esta salvajada calendaria? ¿En qué estructura psíquica cabe la interpretación de tan misterioso hecho? Dejemos de lado a los ineptos que pretenden hacernos creer en decretos presidenciales para correr supuestos feriados a fechas más oportunas para el ocio y la distención. ¡Patrañas! Hay aquí un propósito celestial, una voluntad suprema que manipula la realidad... ¿para qué? ¿Hacernos un regalo?

¿Merecemos un regalo?

Tanta reflexión me dio hambre. Me voy a almorzar.

¡Salud!



Tincho (defendiendo la actitud a capa y espada)



PD: Drugs are useless when u take an exam. Trust me.