lunes, 12 de agosto de 2002

La Reflexión de la Semana

Mis afamados profetas de lo imposible:

Nos encontamos de pronto, como cada santo viernes, ante un abismo. No es este, sin embargo, un abismo negro y terrible, sino que se asemeja a la pequeña puerta que se atrevió a cruzar la intrépida Alicia: es un pasaje a un mundo diferente. Quizá no sea mejor; quizá no sea peor; pero sí diferente.

Nada diremos, compañeros, sobre la triste celebración del Día de la Raza marcada en el calendario para el día de mañana. Sólo introduciré la idea de que no es nuestra la raza por la que festejamos.

Ahora... algo que realmente merece nuestra atención, mis amigos, es la novedad de que el próximo lunes no tendremos responsabilidades ante las que rebajarnos. Dormiremos, en cambio, hasta que las sábanas nos vomiten.

¿Cómo se explica esto? ¿Cómo comprender esta salvajada calendaria? ¿En qué estructura psíquica cabe la interpretación de tan misterioso hecho? Dejemos de lado a los ineptos que pretenden hacernos creer en decretos presidenciales para correr supuestos feriados a fechas más oportunas para el ocio y la distención. ¡Patrañas! Hay aquí un propósito celestial, una voluntad suprema que manipula la realidad... ¿para qué? ¿Hacernos un regalo?

¿Merecemos un regalo?

Tanta reflexión me dio hambre. Me voy a almorzar.

¡Salud!



Tincho (defendiendo la actitud a capa y espada)



PD: Drugs are useless when u take an exam. Trust me.

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